Ruta MTB Madrid: La Marañosa on the night

A pocos kilómetros de la capital existe un gran zona llena de interesantes y valiosos espacios naturales. Una variedad de caminos se abren paso entre prados donde pace el ganado o se adentran en los frondosos pinares que pueblan los altos de La Marañosa. Un pequeño paraíso para el ciclista urbanita.

Gracias a las redes sociales en pocos segundo montas una ruta y en una hora ya estás dando pedales. Esta vez fue Jero que atendio mi llamada y a las 5:30 horas de la tarde ya estabamos en Perales del Rio para dar una vuelta por La Marañosa. Nos quedaba una hora de luz y había que aprovecha para llegar hasta este rincón tan interesante del Parque Regional del Sureste.

El Parque Regional del Sureste es el gran desconocido para la mayoría de madrileños. Desgraciadamente desde hace un decenio este singular lugar está siendo el destino de las toneladas de tierras inertes extraídas de las grandes construcciones viarias de Madrid produciendo un gran impacto medioambiental en la zona.

Si ahora la construcción ha parado su actividad, son otras las amenazas que se ciernen sobre el Parque: la caza descontrolada, la proliferación de canteras, depuradoras y otros desmanes que ocasionan una enorme degradación medioambiental.

Esperemos que antes que la situación se vuelva irreversible, los madrileños tomemos conciencia del gran valor ambiental de la zona y de que los políticos tomen cartas en el asunto, protegiendo este gran Parque Regional.
A pesar de todo lo anteriormente comentado, os propongo que os acerqueis hasta La Marañosa y comprobeis vosotros mismo el estado de la zona. Fuera de estas visibles agresiones, el senderista o ciclista que se acerque descubrirá con sorpresa los muchos atractivos naturales con los que cuenta, como son los cantiles de La Marañosa, el impresionante bosque de ribera en la junta de los ríos Jarama y Manzanares o las múltiples lagunas donde habita una rica fauna acuática.
No hay mejor cicerone para recorrer estos parajes que mi amigo Jero, buen conocedor de cada rincón de La Marañosa, se conoce la toponía de cada camino y cada trocha que se abre por estos lugares: la cuesta de los elefantes, la senda de la casa de los conejos o la trialera de la ermita son algunos de los nombre por los que podremos circular. Durante las poco más de dos horas que dura nuestro recorrido, puedo notar la pasión y cariño que tiene a esta zona y que me transmite y hace partícipe.
Comentaros que en esta zona tiene una legislación poco clara sobre la posibilidad de pasar por los caminos, por lo que es posible que alguien os pueda impedir el paso por algunos de los caminos. A parte de la zona militar, los accesos a los caminos parecen libres y constituyen toda una experiencia circular por ellos. La especial disposición de los cantiles de La Marañosa nos permite alternar vertiente norte con vertiente sur en poco minutos. Por el norte divisamos la vega del Manzanares y las luces de la gran capital, mientras que en la vertiente sur, el Jarama baja buscando al río Tajo y divisamos las luces de las poblaciones de Rivas, Arganda y San Martín.
Otra recomendación que os hago es que, como nosotros, hagáis la ruta aprovechando las últimas luces del día para aproximaros a la zona y que la noche os caiga en los altos de los cantiles. Las sensaciones encima de la bici se multiplican por 10, teniendo que tener todos los sentidos activados para poder percibir los sonidos, olores y las pocas luces que por la noche tenemos.

Os podéis imaginar las visión que desde arriba se tiene, además de una extraña y dulce sensación. Mientras nosotros permanecemos en silencio y soledad, la visión que nos rodea es la de la frenética actividad de miles y miles de luces de Madrid y su área metropolitana.

El pequeño recorrido nos ha sabido a poco y seguro que volveremos a La Marañosa otra noche.

Como siempre os podéis bajar el track desde Wikiloc.